MENORCASELECT
CALA LLONGA
Situada en la orilla norte del puerto de Mahón, Cala Llonga es la urbanización más exclusiva de Menorca, y alberga algunas de las propiedades más espectaculares de la isla. Muchas celebridades internacionales como Richard Branson, Elton John o Ian Gillian entre otros tienen maravillosas propiedades en esta zona.
Sus espléndidas vistas sobre el Puerto y la ciudad de Mahón, su orientación suroeste que garantiza sol todo el día, y su tranquilo y selecto ambiente, son sólo algunos de sus atractivos: varios pantalanes distribuidos a lo largo de la costa permiten a los propietarios de embarcaciones disfrutar de un amarre excepcionalmente seguro, con fácil acceso a la entrada del puerto. Dejar pasar el tiempo mientras presenciamos el espectáculo diario de la entrada y salida de embarcaciones de recreo, barcos de pesca y pequeños «llauts» o grandes cruceros, es una de las relajantes actividades que nuestros clientes podrán disfrutar, desde la impresionante atalaya que proporcionan las terrazas de su villa de vacaciones.
Hay mucho que ver y disfrutar en las inmediaciones de Cala Llonga, comenzando a solo 6 minutos en coche por la bellísima Playa de Sa Mesquida, una de las menos masificadas de la isla en verano, con su torre de defensa del S.XVIII, los estupendos helados italianos del signore Soldati, y buenos restaurantes sobre los acantilados. Otra visita obligada es la impresionante Fortaleza de La Mola, fortificación defensiva construída en el s. XIX en la bocana del Puerto y ofreciendo por tanto unas increíbles panorámicas del mismo y del litoral menorquín.
Otra visita recomendada es un recorrido guiado por la Isla del Rey (también conocida como Bloody Island por sus funciones de hospital durante la dominación británica), situada justo en frente de Cala Llonga, con otro lugar muy especial para explorar en la ladera norte, el Predio Sant Antoni, también conocido como The Golden Farm: a lo largo de la historia muchas figuras importantes han tenido relación con esta propiedad, entre ellas el almirante Lord Nelson, que fijó su residencia allí en el verano de 1800, mientras su flota permanecía refugiada en el puerto de Mahón, para disfrutar de la impresionante panorámica sobre el puerto ( y según la leyenda, para recibir las visitas de su amante Lady Hamilton).
La cercana Reserva Natural de Sa Albufera d´es Grau, a pocos kilómetros en la carretera de Mahón a Fornells, es también un gran lugar para pasar el día disfrutando de la playa, el avistamiento de aves y sus agradables tabernas con estupendo pescado de la isla. En la misma carretera a Fornells, el Cap de Favàritx es otro de nuestros lugares favoritos: con sus suelos de pizarra, acantilados y manantiales, es un lugar de insólita belleza, que transmite una energía muy especial; las puestas de sol desde el faro son inolvidables, pudiendo acceder desde allí a dos playas igualmente singulares, Cala Presili y Cala Tortuga.
Cala Llonga ofrece además una ubicación estratégica para explorar algunos de los rincones más atractivos de la isla, tanto hacia el agreste Norte (Bahía de Fornells, Cala Pregonda, Cap de Cavallería…), como hacia el suave Sur, con sus encantadoras playas y calas (Binibeca, Binisafua, Binidalí, Es Canutells…). Todo ello se encuentra a menos de media hora en coche.
Servicios en la zona
La privacidad, tranquilidad y ambiente selecto de Cala Llonga se reflejan en una ausencia casi total de servicios públicos: apenas un supermercado bien surtido junto al parque infantil, en primera línea del puerto, y la posibilidad de tomar una comida rápida o un cóctel en la terraza del complejo de apartamentos HG Cala Llonga, que ofrece un servicio diario de autobús a la playa y centro de Mahón. El alquiler de pantalanes completan los servicios disponibles.
Para todo lo demás (compras en grandes supermercados, restauración, excursiones en barco, farmacias y servicios médicos, bancos y cajeros, estaciones de servicio, peluquerías, servicios diversos…), necesitaremos acercarnos hasta Mahón, con parada obligada en el camino en un lugar mágico: Casa Venecia, una «caseta de vorera” muy singular y semi-sumergida en el mar, que forma parte del patrimonio histórico del Puerto y ha sido restaurada recientemente para convertirla en un bar chill out exclusivo, un punto de encuentro en el que ver y ser visto, mientras tomamos un cóctel al caer el sol.
UN PASEO POR MAHÓN
Para aquellos clientes interesados en combinar la tranquilidad de la isla con algo más de ambiente, Mahón es el contrapunto ideal: a sólo 10 minutos en coche de Cala Llonga nos aguarda la vitalidad de esta hermosa ciudad amurallada, cargada de encanto e historia, y el ambiente vibrante de su espectacular puerto, el más largo del Mediterráneo. Su variada y exquisita oferta gastronómica es solo una de las sorpresas que nos reserva.
La bulliciosa Costa de Ses Voltes con sus escaleras que descienden hacia el Puerto, el Mercat del Peix con sus bares de tapas, la Iglesia de Santa Maria, el Claustro del Carme convertido en animado mercado, el Convento de Sant Francesc donde se ubica el apasionante Museo de Menorca…Hay mucho que visitar y muchas plazas y callejuelas por las que perderse en esta encantadora ciudad. Volcada al acantilado, Maó entera avista el Puerto desde sus miradores: pequeñas ventanas de guillotina a la inglesa por las que se asoma su pasado liberal e ilustrado, decadentes palacios neoclásicos, mercados tradicionales, en contraste con los yates que fondean frente al Club Marítimo.
El Puerto al anochecer es el contrapunto a la tranquilidad de la isla, ofreciendo una animada actividad con sus decenas de terrazas y restaurantes, tiendas de moda y artesanía refinada, selectos bares y locales lounge, todo ello con un ambiente agradable y cosmopolita.
Nuestra villa en Cala Llonga:
Sus espléndidas vistas sobre el Puerto y la ciudad de Mahón, su orientación suroeste que garantiza sol todo el día, y su tranquilo y selecto ambiente, son sólo algunos de sus atractivos: varios pantalanes distribuidos a lo largo de la costa permiten a los propietarios de embarcaciones disfrutar de un amarre excepcionalmente seguro, con fácil acceso a la entrada del puerto. Dejar pasar el tiempo mientras presenciamos el espectáculo diario de la entrada y salida de embarcaciones de recreo, barcos de pesca y pequeños «llauts» o grandes cruceros, es una de las relajantes actividades que nuestros clientes podrán disfrutar, desde la impresionante atalaya que proporcionan las terrazas de su villa de vacaciones.
Hay mucho que ver y disfrutar en las inmediaciones de Cala Llonga, comenzando a solo 6 minutos en coche por la bellísima Playa de Sa Mesquida, una de las menos masificadas de la isla en verano, con su torre de defensa del S.XVIII, los estupendos helados italianos del signore Soldati, y buenos restaurantes sobre los acantilados. Otra visita obligada es la impresionante Fortaleza de La Mola, fortificación defensiva construída en el s. XIX en la bocana del Puerto y ofreciendo por tanto unas increíbles panorámicas del mismo y del litoral menorquín.
Otra visita recomendada es un recorrido guiado por la Isla del Rey (también conocida como Bloody Island por sus funciones de hospital durante la dominación británica), situada justo en frente de Cala Llonga, con otro lugar muy especial para explorar en la ladera norte, el Predio Sant Antoni, también conocido como The Golden Farm: a lo largo de la historia muchas figuras importantes han tenido relación con esta propiedad, entre ellas el almirante Lord Nelson, que fijó su residencia allí en el verano de 1800, mientras su flota permanecía refugiada en el puerto de Mahón, para disfrutar de la impresionante panorámica sobre el puerto ( y según la leyenda, para recibir las visitas de su amante Lady Hamilton).
La cercana Reserva Natural de Sa Albufera d´es Grau, a pocos kilómetros en la carretera de Mahón a Fornells, es también un gran lugar para pasar el día disfrutando de la playa, el avistamiento de aves y sus agradables tabernas con estupendo pescado de la isla. En la misma carretera a Fornells, el Cap de Favàritx es otro de nuestros lugares favoritos: con sus suelos de pizarra, acantilados y manantiales, es un lugar de insólita belleza, que transmite una energía muy especial; las puestas de sol desde el faro son inolvidables, pudiendo acceder desde allí a dos playas igualmente singulares, Cala Presili y Cala Tortuga.
Cala Llonga ofrece además una ubicación estratégica para explorar algunos de los rincones más atractivos de la isla, tanto hacia el agreste Norte (Bahía de Fornells, Cala Pregonda, Cap de Cavallería…), como hacia el suave Sur, con sus encantadoras playas y calas (Binibeca, Binisafua, Binidalí, Es Canutells…). Todo ello se encuentra a menos de media hora en coche.
Servicios en la zona
La privacidad, tranquilidad y ambiente selecto de Cala Llonga se reflejan en una ausencia casi total de servicios públicos: apenas un supermercado bien surtido junto al parque infantil, en primera línea del puerto, y la posibilidad de tomar una comida rápida o un cóctel en la terraza del complejo de apartamentos HG Cala Llonga, que ofrece un servicio diario de autobús a la playa y centro de Mahón. El alquiler de pantalanes completan los servicios disponibles.
Para todo lo demás (compras en grandes supermercados, restauración, excursiones en barco, farmacias y servicios médicos, bancos y cajeros, estaciones de servicio, peluquerías, servicios diversos…), necesitaremos acercarnos hasta Mahón, con parada obligada en el camino en un lugar mágico: Casa Venecia, una «caseta de vorera” muy singular y semi-sumergida en el mar, que forma parte del patrimonio histórico del Puerto y ha sido restaurada recientemente para convertirla en un bar chill out exclusivo, un punto de encuentro en el que ver y ser visto, mientras tomamos un cóctel al caer el sol.
UN PASEO POR MAHÓN
Para aquellos clientes interesados en combinar la tranquilidad de la isla con algo más de ambiente, Mahón es el contrapunto ideal: a sólo 10 minutos en coche de Cala Llonga nos aguarda la vitalidad de esta hermosa ciudad amurallada, cargada de encanto e historia, y el ambiente vibrante de su espectacular puerto, el más largo del Mediterráneo. Su variada y exquisita oferta gastronómica es solo una de las sorpresas que nos reserva.
La bulliciosa Costa de Ses Voltes con sus escaleras que descienden hacia el Puerto, el Mercat del Peix con sus bares de tapas, la Iglesia de Santa Maria, el Claustro del Carme convertido en animado mercado, el Convento de Sant Francesc donde se ubica el apasionante Museo de Menorca…Hay mucho que visitar y muchas plazas y callejuelas por las que perderse en esta encantadora ciudad. Volcada al acantilado, Maó entera avista el Puerto desde sus miradores: pequeñas ventanas de guillotina a la inglesa por las que se asoma su pasado liberal e ilustrado, decadentes palacios neoclásicos, mercados tradicionales, en contraste con los yates que fondean frente al Club Marítimo.
El Puerto al anochecer es el contrapunto a la tranquilidad de la isla, ofreciendo una animada actividad con sus decenas de terrazas y restaurantes, tiendas de moda y artesanía refinada, selectos bares y locales lounge, todo ello con un ambiente agradable y cosmopolita.
Nuestra villa en Cala Llonga: